Hoy comienzo esta gran aventura que hacia tiempo estaba rodando por mi cabeza.
Hablar sobre la fibro(a partir de ahora la llamaré así) y el deporte.
Y no hablo de ir de vez en cuando al gym o salir a caminar, que no está mal. Me refiero al deporte de alto rendimiento.
Introduciré un poco mi historia.
Soy una chica apasionada del deporte. Deporte de todo tipo. Siempre me gustó y desde muy pequeña ya empecé con la bici. No tenía una porque de aquella era un lujo y me la prestaba un amigo. Así aprendí a andar en ella, no sin algún que otro golpe, ya que no me puse rueditas( no era mía). Y ahí comenzó un idilio amor-odio que aún nos une cada día.
El problema comienza hace unos cinco años. Me dolía el cuerpo y me sentía muy cansada. En ocasiones, el propio roce de la ropa era una tortura. Te mirabas pensando que quizá te hubieses dado un golpe, pero la sorpresa era que de moretón ni rastro. Te dolía la nada, pero tu lo sientes como un todo.
Hice análisis y mil pruebas, hasta que confirmaron lo que yo ya sospechaba pues mi madre también la tenía.
Empiezan pues los días de dolor continuado, cambios en el estado de ánimo, afecciones del aparato digestivo, afectación de la vista, dolores musculares, náuseas, mareos, bajadas de tensión inexplicables, pérdida de memoria, insomnio,lacrimeo y la peor de todas: los ataques de ANSIEDAD.
Pues hasta aquí esta pequeña introducción que ampliaré en los próximos días.
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